El estructural-funcionalismo retomó gran parte de los
trabajos de Émile Dirkheim, quien señalaba que en la sociedad existe prioridad
de lo social sobre lo individual, y que todo fenómeno social tiene que ver con
creencias y prácticas y no con
actos individuales.
En el plano social, las personas tienen un estatus o
posición social y deben desempeñar su rol de acuerdo con el lugar que ocupan en
la sociedad. Asimismo, hay diferencias notables una existencia propia y
constituyen una realidad diferente a los hechos individuales o manifestaciones
particulares de los individuos.
El hecho social es cualquier forma de comportarse en la
sociedad que ha sido fijada mediante reglas o normas para limitar los actos
individuales y moldear las acciones de las personas de modo inevitable y
significativo. De ahí que los grupos sociales presenten pautas de
comportamiento que van más allá de la simple suma de las conductas
individuales.
Por otra parte, el estructural-funcionalismo se opone al
desorden social que ponga en riesgo la estabilidad social, tal y como había
ocurrido por las revoluciones políticas, las crisis económicas y los problemas
laborales de fines del siglo XVIII y principios del XIX.
En efecto, Durkheim observó que la sociedad de su época se
hallaba en conflicto, pero a diferencia de Karl Marx, que sostenía la necesidad
de la revolución para el cambio social, opinaba que las dificultades provenían
de los desajustes sociales que podía solucionarse mediante la introducción de
reformas sociales.
En concreto, Durkheim no creía en la necesidad de cambios
radicales para resolver estos problemas y sugirió varias acciones que podían
contribuir a la estabilidad del sistema para mantenerlo en funcionamiento. No
había más que incorporar la metodología que se usaba con bastante éxito en las
ciencias experimentales, de ahí que se empezaran a aplicar varios de sus
conceptos en el análisis de la sociedad.
De esta manera, otorga mayor importancia al estudio del
hombre integrado en sociedad que a la acción individual de las personas. En síntesis,
las ideas más importantes del Estructural-funcionalismo, respecto a su
concepción del individuo y la sociedad son:
1.- Recupera la idea de los filósofos de la Ilustración en
el sentido de asegurar la búsqueda del progreso de manera constante.
2.- Retoma el método científico e incorpora los
principios del positivismo al
afirmar que se debe partir de los hechos observables en el plano social para
estudiar de manera objetiva a la sociedad.
3.- incorpora el usa de términos usados en las ciencias
experimentales para el estudio de la sociedad como organismo biológico.
4.- niega el principio de la revolución y acepta que el
cambio es necesario, pero debe ocurrir de manera estable y gradual para que no
se ponga en riesgo la existencia de la sociedad (evolución social).
5.- otorga mayor importancia a la actuación del hombre
integrado en sociedad que a la acción individual de las personas, ya que el
medio social es el que determina su comportamiento.
6.- Considera que la sociedad está conformada como un organismo
biológico, las personas son las “células” y las instituciones sociales son sus
“órganos”. El correcto funcionamiento de las instituciones sociales asegura la
continuidad del sistema; el mal funcionamiento de cualquier órgano produce
inestabilidad en todo el organismo.
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