En la antigua Grecia, la dialéctica era el arte de descubrir la verdad mediante la
polémica poniendo al descubierto las contradicciones implícitas en la argumentación
del adversario y superándolas. El choque de opiniones contrapuestas era el mejor medio
para encontrar la verdad. Aplicando esta idea a la naturaleza, el desarrollo de ésta era
el resultado de la síntesis y superación de las contradicciones que en cada momento se
presentaban.
Para Hegel (1973) la historia era el proceso dialéctico del desarrollo de la idea,
del espíritu universal. Marx y Engels adoptaron la dialéctica de Hegel como enfoque
del desarrollo histórico-social y del hombre, pero refiriéndose no al desarrollo del
saber, sino al de la materia.
En Hegel, desarrollo significa desenvolvimiento continuo, no definitivo y some-
tido al peso de la lógica; desenvolverse significaba pasar del “ser en sí”, del germen
(la aptitud, la potencia, lo indiferenciado, lo indeterminado) a “ser por sí”.
El “ser en
sí” contiene de una manera simple las cualidades de lo complejo como algo que aún
no existe “por sí”. En lo simple está contenido todo lo que ha de desarrollarse. El
desarrollo es algo continuo, lo último de un momento de desarrollo, se convierte a la
vez, en lo primero del momento siguiente, en materia prima. Esta materia adquiere una
nueva forma, que a su vez es de nuevo materia para otra forma nueva.
Cada paso es
“superación” e “inclusión” pero no destrucción del anterior; ningún principio se pierde
con el surgir de nuevas teorías ya que en los nuevos principios, de alguna manera se
conservan los anteriores (Hegel, 1973).
La idea hegeliana de dialéctica era metafísica y por ello, incapaz de captar la
dialéctica del desarrollo del mundo, incapaz de explicar la transformación esencial de
la naturaleza; las esencias eran eternas y el paso de la potencia al acto, el desenvolvi-
miento, era la única transformación que sufrían.
Para Marx y Engels, la dialéctica
explicaba todos los cambios y las distintas formas de manifestación de la materia; la
transformación dialéctica era cambio de una a otra esencia. Engels (1877/1964) define
la dialéctica como la ciencia de las leyes generales que rigen la dinámica y el desarrollo
de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.
Según Engels (1877/1964) tres grandes descubrimientos (la teoría de la célula,
la teoría de la transformación de la energía y la teoría darwinista) revelaron la evidencia
del enfoque dialéctico, unificaron la naturaleza en la materia que se desarrolla en virtud
de una leyes y demostraron que la naturaleza se mueve, en última instancia, por cauces
dialécticos y no por corrientes metafísicas. El método dialéctico destruía la idea de las
esencias inalterables y eternas, todo lo dogmático, todo lo metafísico.
Todo es un
ascenso sin fin de lo inferior a lo superior. Lenin (1933/1974) explicaba la esencia de
la dialéctica como el proceso constante de la “unidad de contrarios”, el “automovimiento”,
la “interrupción de la continuidad”; el núcleo y la esencia de la dialéctica era la ley de
la unidad y lucha de los contrarios.
La transformación dialéctica exige que se den ciertas condiciones previas pues
es el resultado de todo un proceso de desarrollo precedente y por lo tanto no es un
hecho que dependa de la voluntad.
Así pues, la dialéctica, ciencia de las leyes generales
del desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, concibe todo el mundo
de la naturaleza, de la historia y del espíritu como un proceso en constante movimiento,
cambio, transformación y desarrollo.
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