LEY DE LOS TRES ESTADOS O ESTADÍOS
Según Comte la humanidad ha pasado por tres etapas o
estadíos. En el primero, que denominaba religioso o mítico, se inventaban
dioses y fuerzas sobrenaturales para explicar los fenómenos naturales, que no
se entendían en absoluto y no se podían dominar; de acuerdo con esta
perspectiva, la religión sería un conjunto de mitos o supersticiones,
provocadas por la ignorancia en la época infantil de la humanidad. En el
segundo estadio, metafísico o abstracto, se proponían teorías más sofisticadas,
en forma de filosofía o metafísica, pero esas teorías eran igualmente falsas. Por
fin, en el tercer y definitivo estadio, el científico o positivo, la ciencia experimental
moderna proporcionaría explicaciones auténticas, basadas en la observación de
los fenómenos, evitando todo lo que vaya más allá, lo que no se puede observar.
La ciencia positiva se limitaría a relacionar hechos observables,
proporcionando un dominio controlado de la naturaleza. Gracias a la ciencia y a
sus aplicaciones tecnológicas podremos resolver los problemas de la humanidad,
que, en cambio, no se podían resolver mediante la religión o la filosofía. El positivismo
se atiene a lo dado en la experiencia, a lo observable, a lo positivo.
Según esa perspectiva, que se suele denominar ley de los
tres estadios, el progreso científico siempre ha estado y estará en conflicto
con la religión y la metafísica. Cada progreso e la ciencia significaría un
retroceso de la religión. La ciencia conquistaría siempre nuevos terrenos a la
religión. Todavía quedan interrogantes, pero el tiempo juega a favor de la
ciencia y en contra de la metafísica y la religión.
El positivismo es una filosofía bastante pobre que no se
ajusta a los hechos históricos y que, además es una mala guía para la
investigación científica. Si los científicos siguieran sus dictados, la ciencia
se moriría por asfixia, encorsetada, sofocada por unas normas demasiado
estrechas que no corresponden a lo que la ciencia hace en la realidad. La ciencia
experimental avanza, sobre todo, proponiendo hipótesis que van mucho más allá
de los datos observables, y utilizando una gran creatividad e imaginación para plañera
experimentos, interpretar sus resultados, y utilizar esos resultados para
juzgar el valor de las hipótesis.
La creatividad y la interpretación son fundamentales
en la ciencia. Afortunadamente, los científicos nunca han seguido las ideas
positivistas, porque si las hubieran seguido el progreso científico se hubiera
detenido. Por ejemplo, en el siglo XIX y principios del XX, algunos físicos se
oponían a la teoría atómica en nombre de las ideas positivistas, porque los
átomos se encontraban muy lejos de los fenómenos observables; si hubieran
triunfado esos prejuicios positivistas, no se hubiera desarrollado la teoría
atómica moderna, que es clave en el progreso científico de nuestra época. Además,
siempre han existido, ahora también, muchos científicos que son personas
religiosas y no ven ninguna contradicción entre ciencia y religión. Sin embargo,
las ideas positivistas han ejercido una influencia muy amplia y han llevado a
bastante gente a pensar que realmente existe un conflicto permanente entre
ciencia y religión.
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