miércoles, 22 de agosto de 2012

La ley de los tres estados o estadios


LEY DE LOS TRES ESTADOS O ESTADÍOS

Según Comte la humanidad ha pasado por tres etapas o estadíos. En el primero, que denominaba religioso o mítico, se inventaban dioses y fuerzas sobrenaturales para explicar los fenómenos naturales, que no se entendían en absoluto y no se podían dominar; de acuerdo con esta perspectiva, la religión sería un conjunto de mitos o supersticiones, provocadas por la ignorancia en la época infantil de la humanidad. En el segundo estadio, metafísico o abstracto, se proponían teorías más sofisticadas, en forma de filosofía o metafísica, pero esas teorías eran igualmente falsas. Por fin, en el tercer y definitivo estadio, el científico o positivo, la ciencia experimental moderna proporcionaría explicaciones auténticas, basadas en la observación de los fenómenos, evitando todo lo que vaya más allá, lo que no se puede observar. La ciencia positiva se limitaría a relacionar hechos observables, proporcionando un dominio controlado de la naturaleza. Gracias a la ciencia y a sus aplicaciones tecnológicas podremos resolver los problemas de la humanidad, que, en cambio, no se podían resolver mediante la religión o la filosofía. El positivismo se atiene a lo dado en la experiencia, a lo observable, a lo positivo.

Según esa perspectiva, que se suele denominar ley de los tres estadios, el progreso científico siempre ha estado y estará en conflicto con la religión y la metafísica. Cada progreso e la ciencia significaría un retroceso de la religión. La ciencia conquistaría siempre nuevos terrenos a la religión. Todavía quedan interrogantes, pero el tiempo juega a favor de la ciencia y en contra de la metafísica y la religión.

El positivismo es una filosofía bastante pobre que no se ajusta a los hechos históricos y que, además es una mala guía para la investigación científica. Si los científicos siguieran sus dictados, la ciencia se moriría por asfixia, encorsetada, sofocada por unas normas demasiado estrechas que no corresponden a lo que la ciencia hace en la realidad. La ciencia experimental avanza, sobre todo, proponiendo hipótesis que van mucho más allá de los datos observables, y utilizando una gran creatividad e imaginación para plañera experimentos, interpretar sus resultados, y utilizar esos resultados para juzgar el valor de las hipótesis.

 La creatividad y la interpretación son fundamentales en la ciencia. Afortunadamente, los científicos nunca han seguido las ideas positivistas, porque si las hubieran seguido el progreso científico se hubiera detenido. Por ejemplo, en el siglo XIX y principios del XX, algunos físicos se oponían a la teoría atómica en nombre de las ideas positivistas, porque los átomos se encontraban muy lejos de los fenómenos observables; si hubieran triunfado esos prejuicios positivistas, no se hubiera desarrollado la teoría atómica moderna, que es clave en el progreso científico de nuestra época. Además, siempre han existido, ahora también, muchos científicos que son personas religiosas y no ven ninguna contradicción entre ciencia y religión. Sin embargo, las ideas positivistas han ejercido una influencia muy amplia y han llevado a bastante gente a pensar que realmente existe un conflicto permanente entre ciencia y religión.

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