lunes, 3 de septiembre de 2012

ESTRUCTURAL-FUNCIONALISMO





El estructural-funcionalismo retomó gran parte de los trabajos de Émile Dirkheim, quien señalaba que en la sociedad existe prioridad de lo social sobre lo individual, y que todo fenómeno social tiene que ver con creencias y prácticas y no  con actos individuales. 

En el plano social, las personas tienen un estatus o posición social y deben desempeñar su rol de acuerdo con el lugar que ocupan en la sociedad. Asimismo, hay diferencias notables una existencia propia y constituyen una realidad diferente a los hechos individuales o manifestaciones particulares de los individuos.

El hecho social es cualquier forma de comportarse en la sociedad que ha sido fijada mediante reglas o normas para limitar los actos individuales y moldear las acciones de las personas de modo inevitable y significativo. De ahí que los grupos sociales presenten pautas de comportamiento que van más allá de la simple suma de las conductas individuales.

Por otra parte, el estructural-funcionalismo se opone al desorden social que ponga en riesgo la estabilidad social, tal y como había ocurrido por las revoluciones políticas, las crisis económicas y los problemas laborales de fines del siglo XVIII y principios del XIX.

En efecto, Durkheim observó que la sociedad de su época se hallaba en conflicto, pero a diferencia de Karl Marx, que sostenía la necesidad de la revolución para el cambio social, opinaba que las dificultades provenían de los desajustes sociales que podía solucionarse mediante la introducción de reformas sociales. 

En concreto, Durkheim no creía en la necesidad de cambios radicales para resolver estos problemas y sugirió varias acciones que podían contribuir a la estabilidad del sistema para mantenerlo en funcionamiento. No había más que incorporar la metodología que se usaba con bastante éxito en las ciencias experimentales, de ahí que se empezaran a aplicar varios de sus conceptos en el análisis de la sociedad.

De esta manera, otorga mayor importancia al estudio del hombre integrado en sociedad que a la acción individual de las personas. En síntesis, las ideas más importantes del Estructural-funcionalismo, respecto a su concepción del individuo y la sociedad son:

1.- Recupera la idea de los filósofos de la Ilustración en el sentido de asegurar la búsqueda del progreso de manera constante.

2.- Retoma el método científico e incorpora los principios  del positivismo al afirmar que se debe partir de los hechos observables en el plano social para estudiar de manera objetiva a la sociedad.

3.- incorpora el usa de términos usados en las ciencias experimentales para el estudio de la sociedad como organismo biológico.

4.- niega el principio de la revolución y acepta que el cambio es necesario, pero debe ocurrir de manera estable y gradual para que no se ponga en riesgo la existencia de la sociedad (evolución social).

5.- otorga mayor importancia a la actuación del hombre integrado en sociedad que a la acción individual de las personas, ya que el medio social es el que determina su comportamiento.

6.- Considera que la sociedad está conformada como un organismo biológico, las personas son las “células” y las instituciones sociales son sus “órganos”. El correcto funcionamiento de las instituciones sociales asegura la continuidad del sistema; el mal funcionamiento de cualquier órgano produce inestabilidad en todo el organismo.

DESARROLLO DIALÉCTICO DE LA MATERIA


En la antigua Grecia, la dialéctica era el arte de descubrir la verdad mediante la polémica poniendo al descubierto las contradicciones implícitas en la argumentación del adversario y superándolas. El choque de opiniones contrapuestas era el mejor medio para encontrar la verdad. Aplicando esta idea a la naturaleza, el desarrollo de ésta era el resultado de la síntesis y superación de las contradicciones que en cada momento se presentaban.

Para Hegel (1973) la historia era el proceso dialéctico del desarrollo de la idea, del espíritu universal. Marx y Engels adoptaron la dialéctica de Hegel como enfoque del desarrollo histórico-social y del hombre, pero refiriéndose no al desarrollo del saber, sino al de la materia.

En Hegel, desarrollo significa desenvolvimiento continuo, no definitivo y some- tido al peso de la lógica; desenvolverse significaba pasar del “ser en sí”, del germen (la aptitud, la potencia, lo indiferenciado, lo indeterminado) a “ser por sí”. 

El “ser en sí” contiene de una manera simple las cualidades de lo complejo como algo que aún no existe “por sí”. En lo simple está contenido todo lo que ha de desarrollarse. El desarrollo es algo continuo, lo último de un momento de desarrollo, se convierte a la vez, en lo primero del momento siguiente, en materia prima. Esta materia adquiere una nueva forma, que a su vez es de nuevo materia para otra forma nueva. 

Cada paso es “superación” e “inclusión” pero no destrucción del anterior; ningún principio se pierde con el surgir de nuevas teorías ya que en los nuevos principios, de alguna manera se conservan los anteriores (Hegel, 1973).

La idea hegeliana de dialéctica era metafísica y por ello, incapaz de captar la dialéctica del desarrollo del mundo, incapaz de explicar la transformación esencial de la naturaleza; las esencias eran eternas y el paso de la potencia al acto, el desenvolvi- miento, era la única transformación que sufrían. 

Para Marx y Engels, la dialéctica explicaba todos los cambios y las distintas formas de manifestación de la materia; la transformación dialéctica era cambio de una a otra esencia. Engels (1877/1964) define la dialéctica como la ciencia de las leyes generales que rigen la dinámica y el desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.

Según Engels (1877/1964) tres grandes descubrimientos (la teoría de la célula, la teoría de la transformación de la energía y la teoría darwinista) revelaron la evidencia del enfoque dialéctico, unificaron la naturaleza en la materia que se desarrolla en virtud de una leyes y demostraron que la naturaleza se mueve, en última instancia, por cauces dialécticos y no por corrientes metafísicas. El método dialéctico destruía la idea de las esencias inalterables y eternas, todo lo dogmático, todo lo metafísico. 

Todo es un ascenso sin fin de lo inferior a lo superior. Lenin (1933/1974) explicaba la esencia de la dialéctica como el proceso constante de la “unidad de contrarios”, el “automovimiento”,
la “interrupción de la continuidad”; el núcleo y la esencia de la dialéctica era la ley de la unidad y lucha de los contrarios.

La transformación dialéctica exige que se den ciertas condiciones previas pues es el resultado de todo un proceso de desarrollo precedente y por lo tanto no es un hecho que dependa de la voluntad. 

Así pues, la dialéctica, ciencia de las leyes generales del desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, concibe todo el mundo de la naturaleza, de la historia y del espíritu como un proceso en constante movimiento, cambio, transformación y desarrollo. 

UNIVERSALIDAD DE LA MATERIA


Desde este planteamiento, todo en el mundo es materia en la diversidad inago- table de sus propiedades; no hay nada que no sea determinado tipo o estado de la materia, propiedad de la misma, forma de movimiento o producto de su desarrollo histórico (Engels, 1886/1969). 


Así pues, la materia es universal. Ahora bien, no se debe confundir lo material con lo físico, con lo medible, ya que existen en el espacio y en el tiempo muchos fenómenos que son realidades materiales aunque no sean físicos ni puedan explicarse por las leyes físicas como, por ejemplo, las relaciones de producción de una sociedad.


La materia se halla siempre en constante movimiento; el movimiento es la forma de existencia de la materia, es una propiedad inherente de la misma. No existe materia sin movimiento ni movimiento sin materia. En este contexto no existe la inmovilidad absoluta e incluso el reposo, que siempre es relativo, era considerado como un caso particular del propio movimiento. 


Todos los seres de la naturaleza son el resultado de un lentísimo desarrollo de la materia en movimiento; la materia humana también es un fenómeno posterior, fruto de un desarrollo muy prolongado (Lenin, 1909/1983). Así, lo psíquico, lo ideal, no es otra cosa que lo material trasladado a la mente humana y transformado en ella.


El movimiento de la materia es autogenerado, es automovimiento, ya que, en contra de los planteamientos idealistas, se consideraba que la materia no necesitaba ningún tipo de impulso exterior para inducir desde fuera el movimiento. Engels (1925/ 1981) diferenciaba distintas formas de movimiento: mecánico, físico, químico, bioló- gico y social. Las formas superiores descansaban en las inferiores.


A través del movi- miento la materia se desarrollaba adquiriendo nuevas cualidades y elevándose a planos cada vez más altos. Así, lo espiritual no existió siempre, sino que surgió en una fase dada del desarrollo de la materia y no es inmutable sino que se desarrolla y modifica con la materia. 


Para Engels (1925/1981), el espíritu es el producto supremo de la materia y la conciencia y el pensamiento, por muy trascendentes que parezcan, son el producto del cerebro, un órgano material físico.


Para el materialismo dialéctico, el movimiento tiene doble forma: evolutiva o revolucionaria. Es evolutiva cuando se dan pequeños cambios, producto de modifica- ciones cuantitativas. Es revolucionaria cuando provoca cambios cualitativos. 


La evolución prepara el camino de la revolución. En el plano ideológico, conceder valor tan sólo a la evolución es caer en el “reformismo”. Para Politzer (1975), el verdadero revolu- cionario es aquel que, como dialéctico, crea las condiciones favorables para el ascenso a lo nuevo. 

MATERIALISMO DIALÉCTICO


Materialismo dialéctico 

El materialismo dialéctico es la corriente del materialismo filosófico de acuerdo a los planteamientos originales de Friedrich Engels y Karl Marx que posteriormente fueron enriquecidos por Vladimir l. Lenin y ulteriormente sistematizados por miembros de la Academia de las Ciencias de la ex Unión Soviética.  Esta corriente filosófica define la materia como el sustrato de toda realidad objetiva (fisica) y subjetiva (el pensamiento) e interacción de la misma, emancipa la primacía e independencia de la materia ante la conciencia y lo espiritual, declara la cognoscibilidad del mundo en virtud de su naturaleza material, y aplica la dialéctica - basada en las leyes dialécticas propuestas por Engels - para interpretar el mundo. El materialismo dialéctico es uno de los tres componentes -la base filosófica - del comunismo marxista-leninista. Denominado "Diamat", el materialismo dialéctico fue también la filosofía oficial de la ex Unión Soviética. 

El materialismo dialéctico, como sistema filosófico, es una concepción e interpretación del mundo opuesta al idealismo filosófico representado por la concepción mágica de la religión y su primacía del espíritu (Dios) por sobre la materia. Como tal, el materialismo dialéctico se apoya en los datos, resultados y avances de las ciencias y su espíritu se mantiene en correspondencia y vigencia con la tradicional orientación progresista del pensamiento racional científico. Asimismo está opuesto a la corriente filosófica del agnosticismo al declarar la cognoscibilidad del mundo en virtud de su materialidad y de su existencia objetiva en el tiempo y en el espacio. Engels lo manifestó de esta manera: "Las formas básicas de todo ser son el espacio y el tiempo, y existir fuera del tiempo es un absurdo tan grosero como existir fuera del espacio" 

Engels y Marx sintetizaron su materialismo dialéctico a partir de su demoledora crítica del materialismo mecánico de Ludwig Feuerbach y a la dialéctica idealista de G.W. Hegel. Al materialismo de Feuerbach lo consideraron como un materialismo influenciado por corrientes del pensamiento filosófico metafísico e idealista. Famosas son las 11 tesis sobre F euerbach de Marx y Engels, en particular la onceava que reza así: "Los filósofos solo han interpretado el mundo de varios modos; el punto es, sin embargo, cambiarlo". De la dialéctica hegeliana Engels dice que ésta se encontraba cabeza abajo con Hegel y que fue Marx quien la colocó sobre sus pies. Posteriormente, Engels describió las leyes de la dialéctica en su obra Anti-Duhring. 

Luego en el siglo XX en Rusia, Lenin contribuyó a las ideas materialistas dialécticas al desarrollar polémicas con sus adversarios, particularmente con filósofos (idealistas) positivistas como el austriaco Emst Mach y los rusos Alexander M. Bogdanov y V. Bazarov (nombre real: Vladimir A. Rudnev), y, por sobretodo, su empirio-monismo. La principal razón de la disputa entre Lenin y estos filósofos era su afirmación de que el positivismo idealista estaba por encima del debate filosófico entre idealismo y materialismo. A estos, Lenin les afirmó lo siguiente: "Materialismo es reconocer los "objetos a sí mismos" o fuera de la mente; las ideas y las sensaciones son copias o imágenes de éstos objetos. La doctrina opuesta (idealismo) afirma que los objetos no existen "sin la mente"; los objetos son "combinaciones de sensaciones"". 


La división entre materialismo dialéctico y materialismo histórico 

El término "materialismo dialéctico" nunca fue usado por Marx o Engels, excepto Lenin, ni definido sistemáticamente por alguno de ellos. El término fue introducido por el filósofo materialista revolucionario ruso del siglo XIX, Georgi v. Plejanov, así como la clasificación de materialismo dialéctico y materialismo histórico. La introducción de estos términos se puede interpretar como un intento de sistematizar los fundamentos filosóficos presentados por Marx y Engels. Lenin asumió por establecida esta división debido a que Plekhanov era considerado el "Padre del Marxismo" en la Rusia del siglo XIX. En esta división, el materialismo dialéctico fue definido más tarde por JV. Stalin como la aplicación de las leyes dialécticas a la naturaleza y el materialismo histórico como la extensión de las mismas a la historia y la sociedad. 

MATERIALISMO HISTÓRICO


(ingl. historical materialism; franc. matêrialisme historique; alem. historischer Materialismus; ital.materialismo storico). Engels aplicó este nombre al canon de interpretación histórica propuesto por Marx, que consiste en reconocer a los factores económicos (técnicas de trabajo y de producción, relaciones de trabajo y de producción) un peso preponderante en la determinación de los acontecimientos históricos. 

El supuesto de este canon es el punto de vista antropológico defendido por Marx, según el cual la personalidad humana está constituida intrínsecamente (o sea en su misma naturaleza) por las relaciones de trabajo y de producción que el hombre adquiere para hacer frente a sus necesidades. Por estas relaciones, la «conciencia» del hombre (o sea sus creencias religiosas, morales, políticas, etcétera) es más bien un resultado que un supuesto. 

Este punto de vista fue defendido por Marx sobre todo en el escrito Ideología alemana (Deutsche Ideologie, 1845-46). De este modo, la tesis del materialismo histórico es que las formas que la sociedad adquiere históricamente dependen de las relaciones económicas que prevalecen en una fase determinada de ella. Dice Marx: «En la producción social de su vida, los hombres entran en determinadas relaciones necesarias e independientes de sus voluntades, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. 

El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, que tiene una base real sobre la cual se edifica una superestructura jurídica y política y a la cual corresponden determinadas formas sociales de conciencia. 

El modo de producción de la vida material, condiciona, por lo tanto, en general, el proceso de la vida social, política y espiritual» (Zur Kritik der politischen Ökonomie, 1859, pref.; trad. esp.: Para la crítica de la economía política). Marx elaboró esta teoría invirtiendo el punto de vista de Hegel ya que para Hegel es la conciencia la que determina el ser social del hombre en tanto que para Marx es el ser social del hombre el que determina su conciencia.

No debe creerse, sin embargo, que Marx haya querido convertirse en sostenedor de un fatalismo económico por el cual las condiciones económicas llevarían al hombre necesariamente a determinadas formas de vida social. En las mismas relaciones económicas, en cuanto dependen de las relaciones de trabajo, de producción, de cambio, &c., el hombre entra como elemento activo y condicionante y, por lo tanto, la condicionalidad que la estructura económica ejerce sobre las superestructuras sociales, por lo menos en parte, una autocondicionalidad del hombre en relación consigo mismo (Deutsche Ideologie [«Ideología alemana»], I, C). 

Engels habla a continuación de una «inversión de la praxis histórica», o sea de una reacción de la conciencia humana a las condiciones naturales, opuesta a la acción de éstas sobre aquélla. Pero desde el punto de vista de Marx, no hay necesidad de tal inversión, ya que no es la superestructura la que obra sobre la estructura, sino el hombre que, interviniendo en sus técnicas para cambiar o mejorar la estructura económica, se autocondiciona a través de ella.

El materialismo histórico ha propuesto a la atención de los historiadores un canon de interpretación al cual es indispensable recurrir en muchos casos para la explicación de acontecimientos y de instituciones histórico-sociales. 

A este canon, en efecto, recurren en mayor o menor medida, historiadores de todos los dominios de la actividad humana, en cuanto el mismo abre a la explicación histórica un camino que, a veces, es el único posible. Actualmente se tiende a interpretar el materialismo histórico no como un principio dogmático (como Engels, sobre todo, lo había propuesto), sino como una posibilidad explicativa a la cual se debe recurrir en determinadas circunstancias. 

En otros términos, afirmar que en todos los casos los acontecimientos o situaciones histórico-sociales deban ser explicadas por el determinismo de los factores económicos es tesis tan dogmática como la que quisiera excluir, en absoluto y en todos los casos, el determinismo de tales factores. 

El historiador se encuentra, en cierta situación, en posibilidad de determinar el peso relativo de los factores determinantes y se trata de establecerlo en cada caso, frente a las situaciones particulares, sin que ello pueda ser decidido por anticipado y de una vez por todas. 

Sustraído a su planteamiento dogmático, el materialismo histórico ha ofrecido a la técnica de la explicación historiográfica una de sus posibilidades más fecundas y un nuevo grado de libertad a la elección historiográfica. Historiografía.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Importante!!

Chicos recuerden los post siguientes.

Como afectan las redes sociales a la educacion?

Cuales fueron los aportes de la revolucion industrial?

Si Dios quiere, nos vemos mañana. Avisenme si les puedo adelantar la clase a las 12 40.

viernes, 24 de agosto de 2012

MODOS DE PRODUCCIÓN


MODOS DE PRODUCCIÓN SEGÚN MARX
Comunidad primitiva:
El materialismo histórico identifica un primer modo de producción al que llama “comunidad primitiva”. Esta definición tiene más importancia política que teórica, ya que supone la existencia de una especie de comunismo primitivo del cual partiría el cambio social.
En los tiempo de Marx y Engels no se sabía bien cómo había vivido el ser humano en tiempos pre-históricos, no se sabía cuánto llevaba sobre la tierra.
Se identifica una estructura económica basada en la caza, pesca, recolección y posteriormente la agricultura. Quizás el trabajo era comunitario, al igual que la distribución del producto, y no había mucha posibilidad de tener excedentes. Estos aparecerían con el sedentarismo y la agricultura, los cuales permitían guardar semilla por un tiempo. Esta acumulación de “capital” originaría la crisis de este modo de producción.
La superestructura de este modo de producción también es especulativa; religiones animistas, mitologías primitivas, arte descriptivo y naturalista, etc. No queda clara la organización jurídico, política de este modo de producción. Como ya dijimos, la introducción de este modo de producción obedece más a necesidades políticas que a la claridad histórica.
En la edad axial, del 500 a. C. Al 500 d. C se conforman distintas civilizaciones, aunque l la griega es la más conocida, lo de civilización griega es un invento moderno, porque en esos tiempos se trataba de un buen número de pueblos diferentes asentados en lo que ahora es Grecia, cada uno con una forma de gobierno diferente e, incluso, con organización social distinta. Este periodo incluye no sólo a los griegos, sino a fenicios, cartagineses y romanos en Occidente. Y cada civilización tuvo formas diferentes de producción. No es claro si fenicios y cartagineses utilizaron esclavos, y seguramente Roma no los usó a la manera griega. De hecho, el final del Imperio romano coincide poco con la visión marxista de contradicciones internas del modo de producción, y podría explicarse mucho mejor por la combinación de diversos factores: desde la contaminación por plomo del agua de Roma, hasta el agotamiento de la relación ciudad-campo dado el método agrícola de la época, pasando por los fenómenos climáticos que ya hemos comentado.
Como quiera que sea, Roma desaparece del mapa político mundial hacia el 476 d. C y Europa y el Mediterráneo se quedan sin la potencia directiva. Las vías de comunicación romanas, gloria de su tiempo, quedan abandonadas y con ello se propicia el aislamiento de las comunidades en toda Europa. Cada grupo humano va tomando su propia forma, aunque la relación señor-siervos se vuelve muy común hacia el año 1000. No es una simple coincidencia, se trata de un problema productivo, como Marx lo hubiera identificado. La producción de cereales y el pastoreo de ganado requieren cierta escala para ser útiles, y dejan de serlo más allá de ciertos límites. Esto lleva a la conformación de pueblos pequeños, dominados por un señor capaz de movilizar la coerción y al mismo tiempo cuidados por él. Es el tiempo del feudalismo.
FEUDALISMO
Las clases contrarias son dos nuevamente: los siervos y los señores. Ahora son los siervos los que aportan su fuerza de trabajo, mientras que los señores aportan los medios de producción, fundamentalmente la tierra, que es de su propiedad.
Nuevamente, ésta es la versión simple, pero las cosas fueron mucho más complicadas. El análisis del feudalismo de la Edad Media es complejo. Tenemos todo tipo de fenómenos presentes en esos mil años que van del final de Roma hasta la época moderna. Pensemos en la región noroccidental de Europa, lo que hoy es Inglaterra Francia y Alemania. En estas naciones se constituye rápidamente una dinastía de grandes líderes. El imperio franco, mejor conocido como el Sacro Imperio romano.-germánico, inicia prácticamente al finalizar el Imperio romano.
Carlos Martell detiene a los moros en Poitiers en 732; Carlomagno, su nieto, es el primer emperador del Sacro Imperio En 800. Hacia el año 1000 no quedará nada de ellos y el poder se desplazará más al norte. En el año 1066 Guillermo el Normando invade Inglaterra y en 1096 tiene lugar la primera cruzada.
La producción es aún esencialmente agrícola, con el apoyo de algunas herramientas de hierro y un poco de acero. Demográficamente, la distribución ocurre en pequeños lugares, sobre todo los que pueden producir lo suficiente permite la sobrevivencia. Es la época de los castillos, de las grandes leyendas, del rey Arturo y Excalibur, para que sea más claro.
Pero en Europa del Este las cosas son muy diferentes. No hay castillos de reyes o señores preocupados por su pueblo,, sino verdaderos explotadores. Por ejemplo, habría que comparar las leyendas de Arturo con Drácula. No es lo mismo, aunque Drácula también haya sido escrita en Europa Occidental y varios siglos después. Las leyendas de las que parte aún perduran. Los Balcanes siguen siendo el espacio de la muerte.
Lo que hoy es Rusia, era entonces terreno abandonado, a pesar de que era la época de más calor, porque justamente alrededor del año 1000 los nórdicos logran colonizar Groenlandia e incluso Vinland, lo que hoy conocemos como Canadá.
El modo de producción feudal se basa en la explotación directa del trabajo, a través de la renta de la tierra a los siervos o de la distribución de las cosechas entre los siervos y los señores. A cambio, éstos ofrecen “protección” a los siervos, en caso de invasión por parte de otros señores. Los medios de producción en realidad se reducen a uno solo: la tierra, que es prácticamente la fuente de toda riqueza. Hay muy poco trabajo artesanal, y no existen fábricas, como hoy la conocemos. La ropa, la comida, la vivienda, todo depende de la tierra, ya sea a través de la agricultura o de la ganadería. El extremo más interesante es quizás el de los cotos de caza, que inician en ese tiempo. Los bosques y las regiones cercanas a ellos son fuente de proteínas muy importante debido a la cacería. Los señores feudales se apropian de ellos y no permiten a ningún siervo cazar. La dieta de estos últimos se tendrá que circunscribir a verduras y cereales, y de vez en cuando proteína animal de sus propias huertas: aves de corral, huevos y de vez en cuando carne de borrego o cerdo.
Aproximadamente en el año 1000, como veíamos, se inicia una época más caliente y seca en Europa. Esto permite un avance importante de las regiones nórdicas, que se desarrollarán más rápido que la parte mediterránea. De hecho, en el sur de Europa será hasta 1200, y en la zona cercana a los Alpes, cuando se recuperará el ritmo de desarrollo alrededor de las ciudades.
Hacia 1400, cuando inicia otra vez el enfriamiento global, vuelve el desarrollo hacia el centro del continente. Es también época de dificultades, porque la población ha crecido mucho y no siempre hay manera de alimentarla. Las mayores concentraciones en las ciudades propician el crecimiento de buen número de insectos como no se había visto antes.
Las ciudades creadas durante la Edad Media, o el feudalismo, son muy pequeñas para los estándares modernos, pero grandes para lo que antes se conocía. La mayoria se instala cerca de ríos o mares, en parte por el agua y en parte por la facilidad de transportación. Recordemos que el alimento fundamental de esa época es el grano, y mover grano suficiente para alimentar, digamos, a 100 mil personas, no es asunto menor. Diariamente se transportan 100 toneladas de alimento, y para hacerlo a lomo de mula se requieren casi dos mil mulas, que se comen buena parte del grano. De ahí la conveniencia de hacerlo en barco.
El patrón de desarrollo urbano durante esa época sigue precisamente los ríos y mares, y se establece una relación muy estrecha entre los centros urbanos y su zona de alimentación. En esta viven los siervos, mientras que en el pueblo se asientan los señores, sus ejércitos, los religiosos y los artesanos.
El desplazamiento de los artesanos es más lento, pues buena parte de su material de trabajo está en la zona de producción y no en la ciudad, pero la demanda los va llevando hacia el núcleo urbano.
Esta civilización va a producir algunos de los más grandes sabios de la Edad Media, que recuperarán las enseñanzas de Aristóteles y las mantendrán vivas hasta el advenimiento del capitalismo. Pero no sólo a Aristóteles, sino a buena parte de la cultura griega y romana. En España, la comparación entre los árabes y los católicos, incluso hasta 1450, dejaba muy mal parados a estos últimos. En la época que más hemos revisado, entre el año 1000 y el 1400, la civilización en el mundo era árabe, china o americana. Europa no era nada en esos tiempos, y era el único espacio feudal.


CAPITALISMO
Es el modo de producción que conoció Marx y que conocemos ahora todos. No hemos salido de el, según parece, y solo hemos visto crisis y cambios que han fortalecido la estructura económica y la superestructura que se sostiene de ella. En el capitalismo, las clases enfrentadas son el proletariado(los trabajadores) y los capitalistas, que son los dueños de los medios de producción, materias primas, herramientas, fábricas, etc.
La  gran diferencia de este modo de producción con los anteriores está en la propiedad privada de los medios de producción distintos a la tierra. Si queremos verlo así, los modos de producción se siguen a través de un continuo muy fácil de entender; en el modo antiguo, nadie es dueño de los medios de producción; en los siguientes modos, alguien puede ser dueño de dichos medios, ya sean personas (como en el esclavismo), la tierra (como en el feudalismo) o máquinas.
El sistema económico de los Estados Unidos y de muchos otros países del mundo occidental es comúnmente conocido con el nombre del “capitalismo”, “libre empresa” o “empresa privada” ¿Qué significa esto?
Capitalismo es un sistema de organización económica caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y distribución que opera para obtener una ganancia bajo condiciones predominante competitivas.
Instituciones del capitalismo
Los sistemas sociales se caracterizan a menudo por sus instituciones. Estas pueden definirse como aquellas tradiciones, creencias y prácticas que están bien establecidas y ampliamente asentadas para ser partes fundamentales de la cultura. Puesto que el capitalismo es un tipo  de sistema social, un tipo de sistema socioeconómico, tiene sus propias instituciones.
Propiedad privada.
La institución de la propiedad privada en la más, fundamental de todas. Asegura a cada persona el derecho a adquirir sus bienes y recursos económicos por medios legítimos, efectuar transacciones que implican su uso y disponer de ellos como desee.
Este concepto de propiedad privada nació en los escritos del filósofo inglés de finales del siglo XVII de la propiedad como un “derecho natural” independiente del poder del Estado. Mantenía que este derecho aporta el máximo de beneficio a la sociedad en su conjunto.
El reconocimiento del derecho de propiedad cumple tres funciones económicas importantes:
1.- Confiere al individuo incentivos personales para hacer el uso más productivo posible de sus bienes.
2.- Influye fuertemente en la distribución de la riqueza y el ingreso, al permitir a los individuos acumular bienes de capital y transferirlos a otros cuando ellos mueren.
3.- Hace posible un alto nivel de intercambio, porque los individuos han de disfrutar del derecho de propiedad antes de transferirlo.
Las consecuencias sociales y económicas de estas funciones han coadyuvado, como veremos, al desarrollo del capitalismo.
Competencia y mercados libres.
El capitalismo funciona bajo condiciones de competencia. Esto significa la rivalidad entre vendedores de bienes similares para atraer a los clientes que necesitan. Hay rivalidad entre los trabajadores, para obtener un puesto de trabajo; entre los empresarios, para obtener trabajadores. También existe rivalidad entre compradores y vendedores de recursos para concluir los contratos en las mejores condiciones que cada uno pueda lograr del otro.
El capitalismo teórico es descrito frecuentemente como un sistema de mercado libre. Competencia y mercado libre están íntimamente relacionados. En su forma más pura o completa, un mercado libre se caracteriza por:
1.-  Un número suficientemente grande de compradores y de vendedores con participaciones suficientemente pequeñas en la contratación total, para que ningún individuo pueda influir en el precio de mercado de un artículo.
2.- La capacidad de compradores y vendedores, sin el impedimento de las restricciones económicas o institucionales y en posesión de un conocimiento pleno de los precios y alternativas del mercado, para entrar en él, o abandonarlo según les interese.
Bajo estas circunstancias, el precio de mercado de un artículo en particular se establece por la interacción de las fuerzas de la oferta y la demanda.
Cada comprador y cada vendedor, actuando en su propio interés, ocmo un ser económico, decide si quiere o no quiere hacer el trato al precio vigente.
Ningún individuo tiene el control sobre el precio ya que ninguno de ellos es lo suficientemente importante para influir en el mercado.
En el mundo real, la competencia en la forma pura que acabamos de ver no existe. Sin embargo, hay mercados que se aproximan en distintos grados. La mayor aproximación que puede conseguirse, se da en las bolsas firmemente establecidas como el mercado de grano de Chicago y el de algodón de Nueva York. Estos mercados, que están abiertos a todos los compradores y vendedores, comerciaban en determinadas materias como granos, metales y algodón. Los mercados de este tipo se estudian con mucho detalle en microeconomía.
El sistema de precios.
Cuanto mayor sea el grado de competencia tanto más estas cuestiones serán decididas de forma impersonal y automática por el sistema de precios o el sistema de mercado. Este es, esencialmente un sistema de premios y castigos. Recompensas en forma de ganancias para las empresas o para los individuos que prosperan. Castigos en forma de pérdidas o posiblemente bancarrota para los que no sobreviven. El sistema de precios es fundamental para el concepto tradicional de capitalismo.
El sistema de presiones opera básicamente bajo el principio de que todo lo que es objeto de intercambio. En un mercado libre, con un gran número de compradores y de vendedores, los precios de estas cosas reflejarán las cantidades que los vendedores ponen a disposición de los compradores y las que estos están dispuestos a comprar.
Así, si los compradores desean adquirir más cantidad de un cierto bien, su precio se levará. Esto animará a los vendedores a producir y vender más este artículo. Por otra parte, si los compradores desean adquirir menos de un determinado bien, esto causarán una baja del precio y los compradores harán pedidos mayores.
A este tipo de interacción entre vendedores y compradores en un mercado competitivo, y las alteraciones resultantes en el precio de las mercancías sobre las que tratan, es a los que muchos se refieren con la popular frase de “oferta y demanda”. Sin embargo, hay que tener cuidado en el empleo de esta expresión.














COMUNISMO
Cuando los trabajadores comunistas se asocian entre sí, su primer ojbetivo es la teoría, la propanganda, etc. Pero al mismo tiempo, a consecuencia de esta asociación adquieren una nueva necesidad, “la necesidad de una sociedad”, y aquello que parece un medio pasa a ser un fin. Este proceso práctico se puede observar, en sus resultados más espléndidos, cuando se ve reunidos a los trabajadores socialistas franceses. Cosas como fumar, beber, comer, etc, ya no son medios de contacto ni medios que insten a reunirse. La compañía, la asociación y la conversación, que de nuevo la sociedad tiene como fines, son suficientes para ellos; y la hermandad del hombre no es entre ellos una mera frase, sino un hecho de la vida, y la nobleza del hombre brilla sobre nosotros proveniente de sus cuerpos endurecidos por el trabajo.
Al igual que Rousseau, Marx veía un conflicto entre la esfera “celestial” del ciudadano y la terrenal del burgués, dos esferas cuya separación no se podía combatir por medios puramente políticos, según había quedado de manifiesto con la violencia de la Revolución francesa.
Para Marx, el estado democrático debía originar una emancipación humana duradera, pero esta emancipación solamente era posible si el principio mismo de sociedad civil, de propiedad privada se suprimía de raíz.
Esta emancipación se debía lograr a través de transformaciones revolucionarias basada en la lucha de clases. La creciente importancia que daba Marx a la lucha de clases. La creciente importancia que daba Marx a la lucha de clases era consecuencia del interés que le inspiraba la economía política, así como de su participación en los movimientos sociales de la época relacionados con el trabajo. Ya hemos visto que Hegel no sentía más que Hegel no sentía más que menosprecio hacia esa “chusma” a la que no se le otorgaba lugar alguno en la construcción racional de su estado ético.
En la Crítica, Marx escribía, “ la carencia de propiedades, y la clase que necesita trabajo de inmediato, trabajo concreto, constituye en menor grado una clase de la sociedad civil que la base sobre la que descansan y se mueven las esferas de la sociedad civil”.
El proletariado era esa clase “universal” cuya negatividad total supuestamente le iba a permitir engendrar la emancipación, no solamente de sí misma, sino también de la sociedad como un todo. Así, Marx veía al proletariado como al sepultero de los conceptos independientes de estado y a la sociedad civil, junto con el concepto de propiedad privada.
El comunismo debía producirse a partir del seno mismo del capitalismo, cuyo desarrollo iba a extender la clase de los proletarios en estratos sociales y áreas geográficas cada vez mas grandes.
Marx restringía el problema de la igualdad a la cuestión social, es decir, a la igualdad económica. Su solución política, la abolición de la propiedad privada. Marx se dio cuenta que hay un procesa de abolición de la propiedad privada, que aumenta por el desarrollo del capitalismo.
La formación de sociedades por acciones en la abolición del capital como propiedad privada dentro de los límites del propio modo capitalista de producción. La transformación del capitalista realmente activo en un mero director, administrador de capital ajeno, y de los propietarios de capital en meros propietarios, en capitalistas dinerarios. Esa ganancia total sólo se percibe en la forma de interés, es decir, como mera recompensa por la propiedad del capital, que entonces se separa por completo de la función en el proceso real de producción, así como esa función se separa, en la personal de director, de la propiedad del capital.