Cuando quieres hacer algo diferente, la gente se sorprende de lo que puedes llegar a obtener con cambios pequeños.
Un prejuicio aparece hasta cuando vas a hacer ejercicio y todos te dicen que para qué haces ejercicio si los gorditos, así se quedarán o que los flacos no lo necesitan.
Los prejuicios son ideas que nos limitan a hacer y estar en donde queremos. Pero, ¿nos debería importar lo que piensen los demás de nosotros?
Deberíamos tener siempre presente que nuestra meta principal es encontrar lo que queremos aunque tengamos que dejar todo.
Nuestra familia, amigos, conocidos, siempre nos dan consejos, pero toman como punto de partida lo que ya conocen de uno, sin tomar en cuenta que uno puede cambiar, mejorar.
Pasa que en un momento comes y dices que no te gusta el pastel de chocolate y la gente toma esa información. Posteriormente, comes pastel de chocolate y dices que te gusta. Para la gente es incongruencia, pero lo que falla en este caso es la comunicación, generalizar nos causa conflictos de ese tipo. El pastel de chocolate me gusta, pero en el primer caso no me gustó ese pastel, en el segundo, me gustó ese pastel.
Reflexionemos, ¿nuestra vida es manejada por los prejuicios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario